Bornholm - Día 1: Pensamientos entre humos

Algunos fragmentos del día 1 de mi viaje en bici en la isla de Bornholm.

BIKEPACKING TRIPS

Marcos

7/6/20243 min read

Era un viernes 31 de Mayo, alrededor de las 4:00 p.m. El humo de la fogata que estaba casi apagada me estaba molestando un poco. El viento Este proveniente del mar que estaba a unos 30 metros dirigía el humo directamente hacia la entrada del shelter. Y mientras escribía estas líneas pensaba en que debería moverme de lugar, al menos hasta que se apague completamente.

Finalmente me moví. Apenas termine de escribir la frase anterior.

Jacob, el danés que encontré al llegar al lugar, y que estaba ocupando el otro shelter, y quien creó la fogata, me pidió perdón por el humo. Conversamos un rato. Él se iba a quedar una semana en total en la isla, y la estaba recorriendo caminando. Hablamos un poco sobre powerbanks, y me mostró el que usaba el con panel solar. Después de un rato cada uno quería su momento de tranquilidad después de un día de andar, y el lugar quedo en silencio al ritmo del canto de los pájaros.

Me senté en el banquito de camping que había comprado en Netto unos días antes, a seguir escribiendo, y miraba el mar. La playa no estaba muy linda. El agua estaba llena de sargazo, lo cual me hizo acordar mucho a México en verano. Pero la tranquilidad del lugar lo era todo en ese momento. Aparte quien era yo para juzgar la belleza de esa playa?

Había hormigas en la arena, pero no molestaban, y entendí que se podía convivir en el mismo lugar si se respeta. Un poco más allá, a la izquierda, una pareja de cisnes, cuidando sus huevos. No hay mucho más.

El shelter era lindo, estaba limpio. Había tachos de basura cerca, y todo el lugar estaba rodeado por árboles y flores silvestres blancas, y aunque no sabía su nombre me gustaba como adornaban el paisaje.

Me preparé unos mates… el momento del día. Después de andar unos 40 km en bicicleta, con algunas subidas importantes, y no del todo cómodo con los bolsos en la bici, me sentía un poquito cansado, pero aun así contento. Nadie me quitaba lo andado, y aparte estaba aprendiendo.

Esa idea lejana que tenía de viajar en bici, la estaba materializando. Todo ese tiempo que había invertido investigando, aprendiendo de a poco, sobre bicis, sobre mecánica, sobre repuestos, sobre bolsos, sobre como preparar una ruta, sobre como leer los mapas, etc… lo estaba finalmente utilizando. Al menos en este viaje corto. Y era un aprendizaje más en mi vida, que va a quedar. Y lo mejor de todo es que estaba disfrutando, a pesar de la incomodidad y el cansancio.

"Y esa es la parte más importante de todas" me susurró una brisa de mar antes de irme a dormir esa noche.

Recordé las olas que chocaban despacio las rocas de la costa más temprano, cuando me frene a sacar una foto desde la ruta. El viento era agradable, y todos esos pueblos que fui cruzando a medida que avanzaba, me dejaban algo que me mostraba la vida simple que se vivía en la isla. Vi sobre todo gente mayor, y cuando pasé Allinge, que suele ser la parte más turística, el paisaje siguio evolucionando en bosques de un lado, ruta y bicisenda, y mar del otro. Algunas casas increíbles adornaban la costa… Que lindo lugar para vivir pensé.

Recuerdo una señora mayor, sentada en su galería mirando el mar. Probablemente ni se percató de mi existencia, pero ahí estábamos los dos, a unos 50 metros de distancia, mirando las mismas olas.

Cuando el fuego finalmente se apagó, y el humo dejo de invadir el aire, me sente nuevamente un rato en el deck de madera que tenía afuera el shelter.

Jacob ya se había ido a dormir, o al menos se había metido en su propio shelter y cerró la puerta.

Me quedé un rato pensando y escribiendo. Aproveché también para filmar un poco y guardar algunos recuerdos.

No muy tarde, preparé la bolsa de dormir, y despedí la noche iluminada por un sol de verano.